«El lujo es la necesidad que empieza cuando acaba la necesidad». Esa fue una de las muchas frases que Coco Chanel dejó para posteridad. La célebre diseñadora, pese a no tener conocimiento de psicología, sí sabía mucho las pasiones y las debilidades y de cómo como convertir una falda o una fragancia en objeto de deseo. Y es que los mortales, como sostiene Walter Scheidel, una vez que satisfacen sus necesidad básicas, tienden a intentar comprar la felicidad, «el problema es que no saben dónde hacerlo».