Hace unos días, en el Ateneo de Madrid, Salman Rushdie dijo: “Recurro a la palabra griega agelasta, el que no sabe reír, para describir a los fanáticos. El humor es la respuesta al fanatismo. ¿Se imaginan a un humorista talibán?”
Aplaudo lo dicho por Rushdie. Si algo unía a los exaltados que he tenido que entrevistar a lo largo de mi carrera periodística, era precisamente eso: la total ausencia de sentido del humor. De Irán a Texas, pasando por Líbano, Argelia o Francia...