A principios del siglo XX, el incendio de la legación (embajada) alemana marcó en nuestra sociedad la necesidad de avanzar en la especialización forense. Se trató de un hecho criminal, donde las evidencias halladas en el sitio del suceso hicieron creer, en primera instancia, que el cuerpo carbonizado encontrado era del canciller. Sin embargo, los exámenes odontológicos permitieron a los investigadores concluir que el cuerpo era del portero, a quien el canciller había asesinado y puesto sus ropas para fingir su muerte en el incendio...