Ernesto Valverde pasó del «pero, ¡por favor!», con las manos en la cabeza, lamentándose, a la cara de felicidad. Aitor Fernández, el portero del Levante, pasó de dar la mano a Leo Messi después de hacerle una parada, a recoger la pelota con impotencia de dentro de la portería. Lo hizo dos veces casi seguidas en un minuto, justo a la media hora, y aunque los dos tantos de Dembélé tuvieron su parte de fortuna, las ocasiones ya se estaban multiplicando en ese momento. Aitor fue el responsable de que...