En el Instituto de Ciencias, Colegio Jesuita de Guadalajara, Jorge era más bien reservado. Sin embargo tuvo un grupo de fieles amigos, algunos de los que conservó por muchos años. Tuvo una muy honorable familia tapatía que siempre estuvo presente en sus esfuerzos.
Es de reconocerse -y altamente- al hombre de empresa: osado, visionario, original y empecinado. Y exitoso. Tal vez pocos tapatíos contemporáneos se pueden invocar como antecedentes: probablemente don Jorge Dipp, don Juan García Sancho, no muchos más.