Este año, Eurovisión, es mucho más que un Festival de música: en un contexto de guerra y masacre, con elecciones inminentes al Parlamento Europeo, va a cantar sobre todas las cosas complicidad y repulsa. Debilidad, también. Similar deriva, también. El Festival contará con la participación de un Israel protagonista desde octubre de un auténtico genocidio del pueblo palestino, lo que ha generado múltiples movimientos de protesta y peticiones de boicot. La participación de Rusia fue suspendida tras su invasión de Ucrania hace dos años...