Las pavorosas y astifinas defensas de "Vistaalfrente" se cobraron el capote de David Galván como trofeo cuando en la plaza todavía flotaba un ambiente como entre bochorno y resaca del día anterior. Alguno recordaba los naturales de Jarocho, otro la emoción de la correosa novillada de Fuente Ymbro. Quizás por andar esas echaron pocas cuentas de un Galván tan firme como una columna de mármol a pesar de que el de Lola Domecq se venció siempre por dentro. Los "bieeen" se mezclaban con los "uy", cuando...