Dicen que a veces, el arte nos ve como un niño en busca de pequeños trazos de esperanza y algunos momentos de felicidad. Es por eso que, al ver a un niño; también podemos encontrar un lienzo casi en blanco, dispuesto a ser trazado y coloreado hasta que; en la última pincelada el artista abrace a aquel niño tan fuerte que dicho abrazo sea la prueba de unión entre disciplina, carácter y compromiso del artista con su obra y el legado que espera entregar a la sociedad a través de sus pinceladas.