EL ÁRTICO RUSO, ayer territorio de exploradores pioneros y mañana tal vez destino de turistas en masa, ha sido escenario de nuestra propia aventura particular esta primavera. La hemos vivido en tres entornos distintos al norte del paralelo 66. Durante una semana, del 24 de marzo al 1 de abril, viajamos en el buque Nadezhda (esperanza), un carguero rompehielos de 169 metros de eslora propulsado por diésel que atravesando hielos cada vez más densos nos llevó por la Ruta Marítima del Norte (SMP...