El Giro ha cambiado de signo al impulso del Movistar. El equipo español, de hábito cauteloso y calculador, se suelta el pelo en Italia, donde la montaña lo sitúa como la llave de la carrera. Dispone la tropa de Unzué de una pinza muy sólida, dos potenciales ganadores de la prueba. El ecuatoriano Richard Carapaz, autor este sábado de una soberbia maniobra en la montaña que lo elevó a la maglia rosa, y Mikel Landa, imponente el viernes en el Lago Serrú. Dos ciclistas con solvencia para rompar la carrera, como han hecho.