El fútbol es una caja de sorpresas, expresión que se ha escuchado una y otra vez. Nada está escrito y, si no que lo diga cualquiera en Madrid.
El cuadro merengue estaba fuera de la final de la Champions, a 10 minutos del final del partido, perdía 0-1 ante el Bayern Múnich y en tres minutos cambió todo y su estadio se convirtió en un manicomio.
Joselu, quien entró a la cancha al minuto 81, hizo lo impensado, dos goles, al 88 y al 90+1. La victoria se gestó cuando falló, quien lucía sólido como una piedra.