Mañana es San Pedro Mártir. El retablo magnífico de Guillem Borrasá, del 1400, muestra al santo profesando ante los dominicos, mientras una horda de herejes intenta inútilmente forzar la puerta de la catedral para impedirlo. Este Pedro de Verona –nada que ver con el primer Papa– destacó como inquisidor en la lucha contra la herejía. Es dudoso que Pedro Sánchez haya elegido la fecha, pero la celebración litúrgica encaja de perlas.
En el entorno inmediato del presidente le aconsejan que el lunes no haga nada.