Los partidos progresistas han vuelto a poner sobre la mesa, como suelen decir, una medida a la que siempre vuelven. Más que una medida es un anhelo profundo y consustancial a la propia esencia de la izquierda. Se trata de que el Gobierno pueda controlar e intervenir los medios de comunicación. No puede sorprender, pero sorprende, porque tendremos cada vez más leyes de Memoria Histórica pero seguimos sin preocuparnos por la memoria individual. Basta conocer mínimamente la historia de los últimos...