Hay veces que tiene que hacerse todo mal para que las cosas salgan bien. Y así sucedió en el tercer gol del Atlético. Griezmann convirtió un mal disparo de Koke en una asistencia, pero también remató mal el francés y fue precisamente eso lo que le permitió superar al portero del Slovan.
Así, a trompicones, derrotó el Atleti al equipo eslovaco, un rival muy inferior, el segundo peor del torneo, pero que nunca acabó por irse del todo del partido. No ayudó la aparente facilidad con la que el equipo de Simeone se puso por delante.