La parte final en la recuperación de Carlos Alcaraz es mental, más que física. El murciano llega a Roland Garros después de una gira de tierra batida extraña. Antes de jugar Montecarlo se lesionó en el antebrazo derecho y se perdió la cita de Mónaco. Tampoco pudo defender el título en el Godó, en Barcelona. Reapareció en el Mutua Madrid Open y llegó a cuartos, pero recayó y no fue a Roma. Apenas ha podido disputar cuatro partidos y aunque el dolor ha desaparecido, en su cabeza todavía quedan resquicios.