Fue el gol de Davies, ese jugador que se dice que quiere el Madrid, a pierna cambiada, un trallazo. Fue ese gol el que lo cambió todo. Pero no como creía Tuchel y los alemanes que poblaban la parte alta del Bernabéu. No, no en ese sentido. Hasta entonces, el Real Madrid había sido mejor, había dominado, había roto con Vinicius en plan Balón de Oro y Neuer lo había parado todo. Hasta entonces, era un partido normal de Champions, con dos gigantes, con el Madrid mejor y más balón, con el Bayern amenazante...