Dicen que las normas están para romperlas, pero no siempre resulta fácil plantarle cara a la tradición. Desde tiempo inmemoriales, nuestras abuelas nos decían que no era buena idea optar por una prenda de abrigo de color blanco (o, en general, de tonos claros). ¿El principal motivo de este consejo? El blanco es un color que se ensucia con muchísima facilidad y las visitas a la tintorería se convierten en un constante si queremos llevar nuestro white coat impecable. Eso sí, el blanco está de moda...