Problemas de primer mundo sobre dos ruedas
Hay expresiones que funcionan como un salvavidas moral. “Problemas de primer mundo” es una de ellas. La usamos para rebajar la importancia de aquello que nos molesta, para reconocer —aunque sea de forma inconsciente— que nuestra queja nace desde una posición cómoda. Es una frase que lleva ironía, algo de vergüenza y, sobre todo, sentido del humor. En el ciclismo, esta expresión no solo es habitual: es casi una filosofía no escrita.
Porque montar en bicicleta, tal y como lo hacemos muchos hoy en día, es un lujo.