Es fácil convertir a Patrick Sequeira en la víctima de Keylor Navas.
Es fácil considerarlo el pobrecito, el desplazado, el opacado. Es fácil creerlo condenado al destierro de los que nunca juegan, si el número 1 regresa a la Selección de Costa Rica. Lo fácil, sin embargo, no siempre resulta productivo.
Lo último que necesita Patrick Sequiera es la victimización disfrazada de solidaridad.
Dejémoslo que luche, que aprenda, que se inspire compitiéndole al héroe de Brasil 2014, el de las tres Orejonas...