El capitán Francisco Duque, quien había dedicado 32 años de su vida a «servir» en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, falleció este fin de semana, a los 87 años. Mentor de infinidad de "polillas", como se conoce a los guardias jóvenes, su lema había sido siempre el de "servir". Esta era la forma en la que quería ser recordado entre los más jóvenes, los que pasaran por la calle que hacía seis años le dedicaron en Valdemoro. «Que me imiten en lo bueno, en servir, servir y servir; disciplina y tesón», confesó a LA RAZÓN un día.