Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros, se convirtieron en una preocupación ambiental y de salud pública significativa. Su presencia es ubicua, encontrándose en océanos, ríos, suelos e incluso en el aire que respiramos, de acuerdo a la definición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La exposición humana a los microplásticos ocurre principalmente a través de la ingestión de alimentos y agua contaminados, así como por inhalación de partículas presentes en el aire.