Oleksandr desertó del ejército cuando luchaba en el frente oriental de Ucrania después de ver durante meses cómo otros soldados eran masacrados por los bombardeos rusos.
Un día, los soldados de su grupo recibieron la orden de contraatacar. Oleksandr, de 45 años, pensó que le esperaba una muerte segura y cuando tuvo la oportunidad abandonó las líneas del frente en la región de Lugansk.
"Nosotros queríamos vivir. No teníamos experiencia militar. Éramos gente normal, trabajadores"...