Cada fin de año evoca esperanzas de renovación y prosperidad. Sin embargo, para los miles de trabajadores que sostienen al Programa IMSS-Bienestar y para las comunidades rurales que dependen de él, este cierre de calendario dista de ser optimista. Más bien, se vislumbra como un momento que pondrá a prueba la voluntad política y la capacidad administrativa de las instituciones gubernamentales para asegurar el derecho a la salud de quienes más lo necesitan.
Para entender el contexto, conviene...