Desde que era niño, una de las épocas del año que más he disfrutado es la Navidad. Como todo niño de mediados y finales de los años 80, esto tenía que ver con los regalos de aquellas épocas y, por supuesto, con la llegada de Santa Claus.
También estaba relacionado con la posibilidad de reunirnos en familia. Para quienes en aquellos días no vivíamos en Monterrey, la Navidad era una oportunidad de regresar a la ciudad y convivir, disfrutando además de temperaturas frías que marcaban el espíritu de las festividades.