Hay momentos en los que, sin quererlo, uno se dirige a la cámara, dice unas palabras que quedan en el aire, y se vuelven en su favor –o en su contra– con el paso del tiempo. A los políticos les pasa continuamente, pero en estos tiempos del y tú más, e incluso de la Inteligencia Artificial, es fácil escurrir el bulto echándole la culpa al oponente o a un fake generado por la tecnología. En el fútbol ocurre y Capitán A Posteriori dicta sentencia. Ojo no venga Capitán A Posteriori –es decir, algún crack de Twitter...