Haciendo uso de un impulso puramente voluntario y primitivo, nacido de una motivación oculta que inicialmente desconocemos, Mario Casas quiere quitarse la libertad de encima. Que le arrebaten el libre albedrío, que le metan en una vida reglada en donde pueda no ser responsable de sí mismo y en la que le digan cuándo levantarse, cuándo acostarse, cuándo cepillarse los dientes, cuándo respirar. De una premisa tan poderosa como contraintuitiva nace la última e interesante chaladura maravillosa de Rodrigo Cortés, "Escape".