Caroline Cray Quinn, una joven de 25 años de Boston, Estados Unidos, enfrenta una difícil realidad: un beso inocente podría causarle la muerte. Quinn padece síndrome de activación de mastocitos (SAM), una rara condición que afecta a solo una de cada 150.000 personas y la hace vulnerable a reacciones alérgicas graves provocadas por alimentos, olores y otros estímulos ambientales, según informó Daily Mail.
La vida de Quinn se centra en evitar cualquier desencadenante alérgico. Solo puede consumir dos alimentos...