Recientemente la Unión Europea (UE) anunció que impondría aranceles a los vehículos eléctricos chinos. La medida se enmarca en una investigación iniciada por la Comisión Europea en octubre y tras una intensa contraofensiva de Pekín y ciertos países europeos, principalmente Alemania.
Aunque estos esfuerzos intentan pintar todo el asunto como proteccionismo injusto, la raíz está en el propio modelo económico chino: el exceso de capacidad.
En su comunicación exterior, China niega la existencia del problema.