Estados Unidos ha sido conocido durante muchas décadas por tener la mayor actividad sísmica del continente americano, debido a su posición geográfica y las diferentes fallas que recorren parte de su territorio. Como consecuencia, los estados que más se ven afectados son California, Alaska y Hawái.
El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) realiza una vigilancia continua de la actividad sísmica y ofrece información actualizada para mantener a la población alerta y preparada ante posibles terremotos.