Londres. Julian Assange, que podría quedar libre este miércoles si un tribunal estadounidense ratifica su acuerdo de culpabilidad con las autoridades norteamericanas, se convirtió para sus seguidores en un símbolo de la libertad de información.
Tras doce años encerrado, primero siete refugiado en la embajada de Ecuador y después cinco en una cárcel de máxima seguridad cerca de Londres, el fundador de WikiLeaks ve cerca el final de la pesadilla.
Para dejar atrás ese mal sueño, un juez de las Islas Marianas del Norte...