Cuando Purificación Pujol llegó a la judicatura, en 1997, aún estaba reciente la derogación de la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, también llamada de Ley de Vagos y Maleantes, que, curiosamente, sobrevivió a casi toda la etapa del gobierno de Felipe González (1982-1996). Con la promulgación del Código Penal de 1995, desapareció. Le impresionó tanto que la tomó para componer «El honor de los decentes» (Plaza y Janés), su primera novela, ambientada en los Juzgados Especiales de Vagos y Maleantes de Barcelona, en 1969.