Con los deberes hechos antes del partido, Celta y Valencia llegaban a Balaídos sin mucho en juego pero con la voluntad de reivindicarse en el último encuentro liguero. Lo interpretó a la perfección Thierry Rendall, que lideró de inicio a un Valencia que salió mandón y que intercambió los papeles con un Celta replegado atrás y que no apreció hasta pasada la media hora.
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