La única herejía realmente imperdonable es la ortodoxia
G.K. Chesterton
Perdonarán que últimamente no entre a valorar polémicas actuaciones judiciales en las que pareciera que estoy especializada. Lo cierto es que a lo visto todo análisis consiste en rastrear con gafa de cristal de culo de vaso quién acusa, quién es el acusado y quién es el juez -en una especie de ejercicio de ¡Hola!