Donald Trump creyó que con una cena secreta, exclusiva e íntima en la Casa Blanca con el dueño del periódico The Washington Post, Jeff Bezos, y el director del mismo, Martin Baron, sería suficiente para convencerlos de dejar de publicar sobre el caso de su yerno Jared Kushner y sus presuntos negocios ilícitos con jerarcas rusos. Kushner movió todas las influencias a su alcance, pero ninguna le funcionó, por lo que recurrió al poderoso suegro para intentar detener a los reporteros de investigación.