Los países asiáticos han experimentado un desarrollo económico envidiable durante las últimos cinco décadas. En 1960 la proporción global de la economía de la región asiática (excepto Japón) representaba alrededor de 4.1 por ciento del PIB mundial.
Además, dos terceras partes de su fuerza laboral trabajaba en el sector agrícola. Hoy en día el 65 por ciento de los trabajadores laboran en el sector servicios e industrial, y la producción económica asciende a cerca de 24 por ciento del total mundial.