La cuenta atrás ha comenzado y para los amantes del toreo ni decir los profesionales mayo no es un mes cualquiera. La vida sigue, pero no de la misma manera. Madrid huele a toro, a bullicio, a estrés, tráfico y atascos diarios para llegar al mismo sitio y hora cada tarde: la Monumental venteña, que no desemboca al Guadalquivir, pero sí lo hace a la extensísima calle de Alcalá. Madrid es amor y odio a partes iguales. Si Sevilla gusta Madrid es temblor. Inquietud, sensaciones amargas, noches en...