Algún incauto pensaba que Sánchez, vencido por el síndrome de los amantes de Teruel, iba a renunciar al poder logrado y mantenido a cualquier precio, que es tanto como ver a un caníbal apostando por la dieta vegetariana o a un socialista diciendo una verdad.
Solo a ellos puede sorprenderles que el mismo tipo que asaltó la Presidencia con una moción de censura espuria, la retuvo con cambalaches obscenos con Podemos o Bildu y la ha renovado rindiendo a su país ante ETA y Puigdemont haya optado...