Ante la oleada de ataques que se dio el año pasado por parte de activistas climáticos y en contra de obras de arte, los museos han reforzado sus medidas de seguridad. El nivel de exigencia al ingresar en los espacios más emblemáticos es alta, pues solo así pueden evitar que se arrojen productos dañinos a pinturas milenarias. El Museo de Orsay es un ejemplo de estas medidas, pues acaba de frenar lo que podría haber terminado en desastre. Dos personas fueron detenidas este domingo en la entrada del espacio parisino...