Comidas consistentes, mucho azúcar... y veto a la carne. En estos tres puntos se resume la gastronomía típica de vigilia y Semana Santa cuyas limitaciones dieron lugar a un rico recetario tradicional que ha llegado hasta nuestros días. El potaje de vigilia, los buñuelos de bacalao o la caldeirada de pescado forman parte del variado abanico culinario de Semana Santa. Unos días también especialmente golosos con las torrijas como protagonistas. Y para el domingo de Resurrección, huevos y monas de Pascua.