Hay un momento conmovedor en esta película mayormente desenfocada, y llega al final, cuando en la mítica librería parisina “Shakespeare and Co”, el documentalista Frederick Wiseman recita el poeta “Camino”, de Jack Hirschman. “Un corazón roto es el principio de toda revelación”, dice con los ojos sabios y cansados, ofreciendo una acerada síntesis a las oscilaciones románticas de su heroína, una escritora en ciernes que no encaja en el siglo XXI, en estos tiempos de aplicaciones y ghostings, atrapada...