¡Cómo duele escuchar la noticia del despido de 100 funcionarios en el INS! Cien seres humanos con sus familias propias, o unidos a familias nucleares. Ciudadanos que tenían resueltas sus vidas del día a día, con sus gastos y esperanzas de vida. Y sentir de golpe que ahora son ciudadanos desempleados a causa de una junta directiva deshumanizada. Y no veo una sola manifestación del sindicato, si es que existe. Me imagino el miedo de los que quedan y la angustia de saber si, a corto plazo, serán los que siguen.