Es un cambio de paradigma, cuajado de injerencias y amenazas, e impulsado por personas absolutamente carentes de ética. Una amenaza a la estabilidad mundial cuya solución no puede limitarse a decisiones individuales. Deben ser los gobiernos quienes actúen, y sin dilación. Lo que no han hecho hasta ahora
Se cumplen cuatro años de aquel 6 de enero de 2021 en el que los seguidores del entonces candidato derrotado en las elecciones estadounidenses, Donald Trump, asaltaron el Capitolio, alentados por él.