La configuración histórica de listas, del aséptico ordenamiento de los nombres que pertenecen a la categoría de algo, siempre ha adquirido una dimensión inferior al hecho mismo de integrarlas. No se trataba tanto del proceso de elaboración sino de los nombres que aparecían en ellas. Esta infundada idea victoriana de que agruparlos servía para definirlos. Listas de fusilados, listas de desaparecidos, listas de perseguidos por la justicia, listas de embajadores, listas de personas amenazadas, listas de invitados...