Tan solo 48 horas después del referéndum ilegal del 1 de octubre, el Rey Felipe VI pronunció el discurso de mayor impacto político en sus diez años como Jefe del Estado con el objetivo de frenar el «procés». No era para menos dado el tsunami político y social que había causado el Govern presidido por Carles Puigdemont, con desafíos a la legalidad inéditos en nuestra democracia y alentando un grado de tensión en las calles que acabó desembocando en fuego y violencia durante meses hasta el punto álgido de octubre de 2019.