“Fue lo más ambicioso que he hecho nunca”. Con esas palabras, Wim Wenders, nombre imprescindible del cine alemán, describía los altibajos detrás del rodaje de “Hasta el fin del mundo“, una de las películas más míticas de su filmografía. Inserta en el género del road movie y con una trama que gira en torno a un dispositivo capaz de leer los sueños, lo que comenzó como un proyecto lleno de entusiasmo terminaría configurándose al poco tiempo como un fracaso comercial.
Para Wenders, la razón era simple...