Tres años de mayoría absoluta del independentismo desde las elecciones de 2021 sólo ofrecieron un Gobierno dividido por la incapacidad de Esquerra y Junts de pactar un rumbo común. La reivindicación independentista se fue diluyendo y la retórica, siempre estirada hasta el infinito, no podía ocupar ese vacío. Junts apostó por otra salida unilateral que consistía en dejar tirado a su socio para que sufriera al frente de un Gobierno que ya no tenía poder para hacer nada.
Mientras tanto...