La noche en las jaimas fue complicada. La lluvia de la tarde hizo que las condiciones de los "dormitorios" de los ciclistas no fueran las mejores. Por la noche el agua había dejado de caer, pero quedaba la humedad, el barro y el olor profundo de la jaima humedecida. No eran las mejores condiciones para preparar la primera parte de la etapa maratón, dividida en dos jornadas en las que los corredores no podrán contar con asistencia mecánica ni de los fisios. Tienen que avanzar sólo con sus propios...