Dicen los que saben que el buen taco está compuesto por la “santa trinidad del sabor”: tortilla, relleno y salsa. Para otros, es el arraigo lo que le otorga a este antojito una relevancia que va más allá de la mesa y toca la geografía de lo cultural y hasta sentimental. Unos más lo conciben como un alimento de trinchera social e incluso histórica. Sin embargo, al final la esencia de esta delicia se resume al momento supremo en que lo tomamos con la mano y le damos una buena mordida.
Todo lo anterior...