El jurado popular ha declarado este viernes culpable a Rodrigo Lanza de un delito de lesiones imprudentes con resultado de muerte en el llamado crimen de los tirantes. Es decir, considera que la agresión a Víctor Laínez en un bar de Zaragoza en diciembre de 2017 fue intencionada, pero que no buscaba el asesinato del agredido. Seis de los nueve miembros que conforman el jurado coinciden en esta calificación, mientras que los otros tres consideran que la muerte sí fue intencionada.
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