Un cohete japonés colocó en órbita siete minisatélites, uno de ellos destinado a crear una lluvia artificial de meteoritos, como si fueran unos fuegos artificiales espaciales.
La idea de este espectáculo celeste inédito fue de una empresa basada en Tokio, que creó el dispositivo.
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El artefacto, soltado en el universo por el pequeño lanzador Epsilon-4, tiene que liberar 400 minúsculas bolas que brillarán mientras cruzan la atmósfera a principios del 2020 por encima de Hiroshima.